Seis de la tarde, hora torera por excelencia, seis globeros y un sobrero se preparan para la faena nocturna, los ínclitos en cuestión:
Julio, Rubén, Juanma, Fernando, Juan Carlos, Virgi y Manolo.
Uno de los implicados llegaba con una inusitada alegría producto sin duda de las ganas que tenia por pedalear entre las estrellas, haciendo extensivo su estado al resto de Fortius.
Mención especial merecen dos de los grandes protagonistas del día; Fernando y Juan Carlos aún con el dorsal del Camino a la Perdición, llegaban con el poco descanso y 75 kilómetros en las piernas para afrontar otros 52 por senderos diferentes, ¡¡¡ que machada amigos!!!!!! cuando sea mayor quiero ser un Fortius como vosotros, por lo que recibid el reconocimiento de al menos los otros cinco participantes, todo un ejemplo, aunque a alguno le dolieran sus partes pudientes,,, sería de la bici, supongo jejejejej.
Llegamos a la localidad luso-hispánica vecina, donde preparamos las bikes, nos hicimos unas fotitos y pusimos dirección a la salida en la plaza del pueblo, encontrándonos con los dos hermanos Urbano (de Urbano Bike), con los que compartimos senderos y cervezas, desde aquí mi más cordial bienvenida a este pequeño mundo de apasionados por nuestro Club. Espero compartir con vosotros kilómetros y vivencias, lo dicho un placer.
Unas risas, un biker de 2,03 cuya Trek era casi tan grande como Juanma,,, ¡¡¡¡ pedazo de bici !!!!, agua para una buena hidratación, recogida de dorsales y a la linea de salida donde una Oliventina barita en mano, se dispone a dar es pistoletazo, bueno en este caso sería baritazo, entre algunos alaridos de la muchedumbre ciclista. Una vuelta extraña nos llevo de la cabeza a la cola en solo 800 metros jejejej,,, menos mal que solo seguimos al coche de los municipales jejejej. Por fin iniciamos la ruta, y al salir del asfalto no habíamos hecho ni tres kilómetros, un servidor que pincha,,,, y entre la organización y mis queridos compañeros logramos seguir camino con la aparición del sudor al intentar llegar a cola del pelotón. La vuelta que dimos al lago fue estupenda, sobre todo una prolongada bajada. Poco después Juanma siguió mi mismo destino, pero su rapidez y eficacia con este tipo de averías se puso de manifiesto cuando en menos de tres milisegundos (que no sé bien lo que es, pero queda estupendo) se encontraba sentado en el sillín de su trek (la pongo con minúsculas por ser bastante más pequeña que la Trek del chaval de 203 centímetros), para volver a enganchar el grupeto.
Antes de llegar al primer avituallamiento tuvimos que encender las luces, por cierto había alguno que llevaba la mundial, Endesa no cuenta con tanta potencia luminiscente como ciertas linternas que vimos. También nuestro amigo Juanma besó el suelo al intentar subir una cuesta, que estuvo a punto de lograr, bravo. Llegamos al primer parón de media hora, donde degustamos unos exquisitos pastelitos (al menos tres por barba) y algo de bebida isotónica, una meadita a la orilla del lago y arrancamos.
La segunda parte se nos hizo aburrida, algo lenta, sobre todo con otra media horita con que nos obsequiaron nuestros organizadores en el siguiente avituallamiento. Entre medias, nuestro amigo Julio al intentar esquivar al que tenia delante, se dio una tremenda castaña, de la cual no se recuperó aún resultado ileso, lo dejó algo tocado. Mención especial decir que nadie se paró a socorrerlo o al menos a interesarse por su estado, solo nuestro amigo Rubén cuando lo vio volar por encima de su Lapierre.
Dos paradas más para recuperar a los participantes y cruzar ambas carreteras cerca del punto final. Llegada al pueblo, vuelta de honor por sus calles y por lugares tan enigmáticos como divertidos (osea punto de encuentro del botellón) y llegada a la piscina municipal.
Nos despojamos de nuestros atuendos,,, bueno menos yo,, Fernando nos dejó por un compromiso tan ineludible como placentero, no voy a decir más, Juanma y Virgi se dieron una digna ducha (estaban guapetes y olían bien jejeje) e iniciamos el asalto al fantástico mundo de la cebada fermentada, (todo un reto) acompañada de buena pitanza. Las mujeres de Julio y Rubén después de esperar más de lo deseado nos acompañaron en esos momentos, desde aquí las gracias y volver cuando queráis que sois más guapas que vuestros maridos. Nota para los maridos: No os pongáis celosones simplemente es cierto.
Gracias a los Os Pelinhas por la organización, por hincharnos las ruedas en un pis pas y como siempre a todos los que han compartido camino, un auténtico placer. Así como poder seguir escribiendo crónicas al cualquier lugar y fecha, ojala pueda, como siempre con permiso de nuestro Crónicas, hacerlo durante el tiempo que las ganas y las fuerzas me dejen.
BY ELINFANTEPISAHORMIGAS.
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