Por la misma razón que la semana pasada, paso a relatar lo acontecido en la ruta de hoy. A la misma hora torera nos presentamos Yulius, Zapedrín, Curro, Zeqe, Virgi, Norberto, Juan nueva y joven adquisición y el que suscribe elinfantepisahormigas. Se demoró algo la cosa y unos quince o veinte minutos más tarde asentábamos nuestras respectivas posaderas en los silocanados sillines de las bikes. Nos enfrentábamos a un frío similar al que sintió en sus huesos Amundsen cuando llegó a la Antártida. Los témpanos caían de las encinas y los bichejos autóctonos nos saludaban desde la puerta de su caliente cobijo, tanto fue así, que el cerdo del Ártico, la paloma glaciar y el oso siberiano extremeño se sorprendían al vernos pasar al tiempo que aplaudían cuando Curro rompía el hielo de los chacos con su 2,10 delantera.
Con el aire en contra pedaleamos sin solución de continuidad en dirección al centro del círculo polar extremeño, donde los aguerridos e intrépidos (por no decir descerebrados) miembros de este club, se comían los kilómetros hasta que el avisador sonoro-alimenticio (Zapedrín con su imperativo zapador dijo: alto, al rico platanito) además de las ganas de regar los campos con agüita amarilla cálida y tibia, hizo que el pelotón parara en seco. Hacia tanto frío que algunos tuvieron que estimularse la croquetita, para dar rienda suelta a su necesidad. Paramos el tiempo suficiente para degustar las viandas que Mercadona nos proporciona por un módico precio y proseguimos la marcha.
Seguíamos con el aire en contra y nuestro gran guía, nos alentaba con la maravillosa vuelta que tendríamos al tener el aire a favor. Al pasar por un precioso páramo (como todos hoy la verdad, el campo estaba precioso) a la altura de un cortijo Yulius se percató de que un cría de cordero del círculo polar se había salido de vallado y su madre sollozaba tras el llamando a su negra descendencia (si era negra, ya sé que los animalitos del bosque animado helado son blancos, pero esta era negra, así que no le vamos a preguntar nada a la madre, hay cosas que es mejor no saberlas). Yulius intentó cogerla para pasarla con su madre, pero el jodio cuadrúpedo no se dejaba, (como saltaba el condenado), con lo que los ocho protagonistas de esta ruta emulando a D. Felix Rodríguez de la Fuente nos propusimos hacer la buena obra del día, intentando agarrarla, pero nuestros esfuerzos fueron infructuosos ya que no hubo manera de meterla dentro, hasta que el dueño del cortijo y el azar lograron devolverlo sano y salvo. Ya que Yulius no se va a enterar de esto, os tengo que contar un secreto. Nuestro Presi es como el doctor Dolittle habla con los animales,,, siii os lo prometo,,, en uno de los intentos de atrapar a tan escurridizo especimen, Yulius vió un hueco en en vallado, entonces de repente se puso a gritarle a la negra criatura,,,,,,, POR DEBAJO, POR DEBAJO,,, y aunque no le hizo ni puto caso,, nos dimos cuenta de una habilidad tan secreta como oculta,,, te hemos pillado Presi jejejejejejejejeje. Como hoy la cosa va de animales nativos, recordar que a los hijos putativos del Yeti extremeño (un mastín de 2,20 por 7,40) no hay que molestarlos, ¿Verdad Zeqe? Menos mal que el bicho había desayunado unas barritas de esas que se denominan energéticas, sino, al último se lo papea.
Después de más de diez minutos en la grata tarea mencionada, seguimos ruta hasta llegar a un cruce de la carretera de Cáceres. Allí por motivos eróticos-festivos (y no voy a dar más datos, que luego todo se sabe) Yulius, Juan y Curro decidieron atrochar por carretera para ganar tiempo, mientras el resto seguimos por esos andurriales desconocidos. Con el aire ya a favor achuchamos a los caballos (joder no recordaba que los caballos los tienen los coches, perdón) rumbo a casa. Al pasar por Valdebotoa, (lo siento Zeqe, pero tengo que contarlo) nuestro aaaaaamigo, se picó con un chaval que no levantaba 1,20 ni había cumplido los 12, y encima no lo deja ganar jejej, esto va en recuerdo a Ángel (Kaos) que como no hay ningún PIKAO, Zeque se aburre jejeje.
Llegamos sanos, a salvo y cansados después de 90 kilómetros de ruta,, siiiii 90 han salido (joder que pichá de metros) a las Palmeras donde el Doctor Dolittle y Rocio nos esperaban para degustar tan esperado y merecido elixir.
Como siempre un placer,,, la ruta ha sido preciosa la he disfrutado mucho, gracias a Pedro por deleitarnos con estas jornadas, que os vaya bonito y a más ver.
Con el aire en contra pedaleamos sin solución de continuidad en dirección al centro del círculo polar extremeño, donde los aguerridos e intrépidos (por no decir descerebrados) miembros de este club, se comían los kilómetros hasta que el avisador sonoro-alimenticio (Zapedrín con su imperativo zapador dijo: alto, al rico platanito) además de las ganas de regar los campos con agüita amarilla cálida y tibia, hizo que el pelotón parara en seco. Hacia tanto frío que algunos tuvieron que estimularse la croquetita, para dar rienda suelta a su necesidad. Paramos el tiempo suficiente para degustar las viandas que Mercadona nos proporciona por un módico precio y proseguimos la marcha.
Seguíamos con el aire en contra y nuestro gran guía, nos alentaba con la maravillosa vuelta que tendríamos al tener el aire a favor. Al pasar por un precioso páramo (como todos hoy la verdad, el campo estaba precioso) a la altura de un cortijo Yulius se percató de que un cría de cordero del círculo polar se había salido de vallado y su madre sollozaba tras el llamando a su negra descendencia (si era negra, ya sé que los animalitos del bosque animado helado son blancos, pero esta era negra, así que no le vamos a preguntar nada a la madre, hay cosas que es mejor no saberlas). Yulius intentó cogerla para pasarla con su madre, pero el jodio cuadrúpedo no se dejaba, (como saltaba el condenado), con lo que los ocho protagonistas de esta ruta emulando a D. Felix Rodríguez de la Fuente nos propusimos hacer la buena obra del día, intentando agarrarla, pero nuestros esfuerzos fueron infructuosos ya que no hubo manera de meterla dentro, hasta que el dueño del cortijo y el azar lograron devolverlo sano y salvo. Ya que Yulius no se va a enterar de esto, os tengo que contar un secreto. Nuestro Presi es como el doctor Dolittle habla con los animales,,, siii os lo prometo,,, en uno de los intentos de atrapar a tan escurridizo especimen, Yulius vió un hueco en en vallado, entonces de repente se puso a gritarle a la negra criatura,,,,,,, POR DEBAJO, POR DEBAJO,,, y aunque no le hizo ni puto caso,, nos dimos cuenta de una habilidad tan secreta como oculta,,, te hemos pillado Presi jejejejejejejejeje. Como hoy la cosa va de animales nativos, recordar que a los hijos putativos del Yeti extremeño (un mastín de 2,20 por 7,40) no hay que molestarlos, ¿Verdad Zeqe? Menos mal que el bicho había desayunado unas barritas de esas que se denominan energéticas, sino, al último se lo papea.
Después de más de diez minutos en la grata tarea mencionada, seguimos ruta hasta llegar a un cruce de la carretera de Cáceres. Allí por motivos eróticos-festivos (y no voy a dar más datos, que luego todo se sabe) Yulius, Juan y Curro decidieron atrochar por carretera para ganar tiempo, mientras el resto seguimos por esos andurriales desconocidos. Con el aire ya a favor achuchamos a los caballos (joder no recordaba que los caballos los tienen los coches, perdón) rumbo a casa. Al pasar por Valdebotoa, (lo siento Zeqe, pero tengo que contarlo) nuestro aaaaaamigo, se picó con un chaval que no levantaba 1,20 ni había cumplido los 12, y encima no lo deja ganar jejej, esto va en recuerdo a Ángel (Kaos) que como no hay ningún PIKAO, Zeque se aburre jejeje.
Llegamos sanos, a salvo y cansados después de 90 kilómetros de ruta,, siiiii 90 han salido (joder que pichá de metros) a las Palmeras donde el Doctor Dolittle y Rocio nos esperaban para degustar tan esperado y merecido elixir.
Como siempre un placer,,, la ruta ha sido preciosa la he disfrutado mucho, gracias a Pedro por deleitarnos con estas jornadas, que os vaya bonito y a más ver.
BY ELINFANTEPISAHORMIGAS
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